La legionella es una enfermedad bacteriana producida por una bacteria llamada «Legionella pneumophila». Existen unas treinta especies distintas de Legionella y se calcula que el 10% de neomonías que existen en el mundo son provocadas por esta bacteria. La manera en la que el ser humano puede contraer esta infección es mediante vía respiratoria. Mediante la inhalación de pequeñas gotas de agua que hace que la bacteria llegue a nuestros pulmones. Esta bacteria necesita de un ambiente concreto y que se den unas características determinadas para subsistir:
En cuanto a su hábitat natural: Suele estar en los lugares acuáticos naturales, donde hay estancamiento de agua (ríos, lagos, embalses, etc…) y acumulaciones de nutrientes (algas, amebas, lodos, etc…)
En cuanto a la temperatura: A menos de 20ºC la bacteria se encuentra en estado latente, inactiva. A los 45ºC o más, deja de multiplicarse. Y a mayor de 70ºC muere directamente. Por esto, la temperatura idónea, para este tipo de bacteria, es la que oscila entre los 35ºC y los 37ºC.
Pero ¿Por qué se llama así? ¿Acaso tiene algo que ver la legión con esto? Pues efectivamente, ya que se debe a que el origen de esta enfermedad proviene de una convención de la Legión estadounidense que hubo en Filadelfia, en el año 1976. Y esto hizo que se le empezara a conocer a esta enfermedad como legionella.
Ahora nos meteremos de lleno en el tema y hablaré sobre la forma en la que la legionella puede llegar a nosotros y tanto de los distintos tipos que existen como de los síntomas que nos puede provocar. Para ya acabar hablando de los distintos cuidados que tenemos que tener para poder prevenirla y/o curarla.
Contenidos
¿Cómo llega la legionella a nosotros?
Desde estos ríos, lagos, embalses, etc… la bacteria puede expandirse introduciéndose en los distintos sistemas de abastecimiento de agua que tienen las ciudades y entrar, por tanto, en la red de distribución de agua. De hecho, suele ser común que el brote de legionella se produzca en los tanques de agua de nuestros edificios. Y a partir de aquí, llega a nuestras duchas, condensadores evaporativos, torres de refrigeración, jacuzzis, etc … Hay que destacar también que en aquellas instalaciones que no estén lo suficientemente limpias, las opciones de que haya legionella es mucho mayor. Por tanto hay que tener especial cuidado con esto y mantener un mantenimiento regular adecuado.
Síntomas de la legionella
Se pueden diferenciar dos tipos distintos de legionella, y por tanto síntomas distintos en cada una de ellas:
- Enfermedad del legionario: En la principal cuando hablamos de legionella. Es muy parecido a cualquier otro tipo de neumonía. Los síntomas suelen aparecer en un período de tiempo de dos a diez días tras mantener contacto con la bacteria. Los síntomas más comunes son:
- Problemas para respirar con fluidez.
- Dolores musculares.
- Dolor de cabeza.
- Tos.
- Fiebre.
- Y algunos otros síntomas que se dan de forma menos común son: diarrea, confusión, o náuseas.
- Fiebre de Pontiac: La principal diferencia es que las personas que sufren este tipo de legionella lo hacen sin sufrir neumonía. Es un cuadro clínico muy parecido al de un resfriado. En cuanto al tiempo que se tarda en que aparezcan los síntomas es menor, ya que suelen aparecer entre el mismo día y los tres días posteriores de mantener contacto con la bacteria. Comparte algunos síntomas con la legionella común, pero éstos aparecen de forma mucho más leves. Son los siguientes:
- Fiebre.
- Dolores musculares.
- Cefalea.
- Escalofríos.
- Malestar general.
Como acabamos de ver, existen casos en los que esta bacteria no produce neumonía en la persona. Pero en la inmensa mayoría de las veces viene acompañada de ésta. Por tanto, los pulmones son los órganos que se ven más afectado. En consecuencia, esta infección no reviste la misma gravedad en todas las personas. En los siguientes casos se debe de tener una especial atención:
- Adultos de más de 50 años.
- Enfermos con diabetes.
- Aquellas personas con problemas en su sistema inmunológico, y por tanto sean más factibles de sufrir infecciones.
- Aquellas personas fumadoras.
¿Cómo podemos prevenir la legionella?
Si, como hemos dicho antes, la bacteria de la legionella necesita de unas características concretas para poder crecer y multiplicarse, es evidente pensar que lo que debemos de hacer es impedir que se den esas características, pero ¿cómo lo hacemos?
En nuestro hogar:
- Desinfectar todos los filtros o difusores de nuestra casa. Para ello, introducirlos en agua con unas gotas de lejía durante media hora. Con hacerlo una vez al año es suficiente.
- Usar, preferiblemente, alcachofas de ducha que permitan salir el agua en gotas gruesas.
- Purgar los grifos que no usamos. Para ello basta con abrirlo y dejar caer el agua durante 5 minutos.
- Eliminar la aparición de cal. El vinagre es un buen producto para ello.
Fuera de nuestra vivienda:
- Realizar controles frecuentes de mantenimiento para eliminar la suciedad.
- Acondicionar de forma adecuada las instalaciones para, así, evitar estancamientos de aguas.
- Desinfectar frecuentemente las instalaciones para impedir que las bacterias puedan existir y , por tanto, multiplicarse.
Para conocer, de manera más precisa, la prevención que debemos de tener para hacer frente a esta bacteria, te aconsejo acudir al siguiente enlace donde aparece la normativa higiénico-sanitaria: Normativa sobre Legionella.
¿Cómo se diagnostica y cuál es el tratamiento a seguir?
Si hablamos de la enfermedad del legionario, al tratarse de una neumonía, la forma de confirmarlo es realizando una radiografía del tórax. Una vez confirmada la existencia de neumonía, para asegurarse de que está provocada por la enfermedad del legionario el médico suele usar dos pruebas distintas que son: 1) Realizar un análisis de orina y; 2) Realizar una prueba de laboratorio basada en una muestra de esputo del paciente. Una vez confirmado que hablamos de este tipo de enfermedad, el tratamiento a seguir es mediante antibióticos durante un periodo de tiempo de aproximadamente dos semanas.
En cambio, si hablamos de la fiebre de Pontiac, para diagnosticarla se suele realizar un análisis de orina o un análisis de sangre. Pero este tipo de diagnóstico es más complicado ya que el resultado de la prueba no asegura al 100% que se pueda, o no, tener esta enfermedad. Por tanto, el médico a lo que suele recurrir para confirmarlo, o no, es a que un grupo de personas estén infectadas por la misma infección y hayan estado todas en el mismo lugar y en el mismo momento. En cuanto a su tratamiento, es prácticamente inexistente debido a que los síntomas son muy leves.
Si te ha parecido interesante este artículo sobre este tipo de bacteria y quieres saber más sobre ellas y además saber las diferencias que existen con los virus, te recomiendo que acudas al siguiente enlace: Bacterias y virus.
Te ayudamos a cuidarte:
🤸♀️Mejora tu forma física, salud y autoestima aquí.
😁Vive sin ansiedad aquí.
🍉Alimentación para aumentar tu masa muscular aquí.
💪Entrenamiento para aumentar tu masa muscular aquí.
😴Evita el insomnio aquí.
✅Puedes encontrar las mejores ofertas de Amazon haciendo click aquí.