¿Has escuchado hablar sobre una hernia de hiato, o hernia hiatal? Es posible que no, pero de seguro sí has escuchado el primer término. Te aseguro que has escuchado -hernia- en alguna conversación. Las abuelitas solían gritarnos “¡Te va a salir una hernia!” cuando tratábamos de levantar algo muy pesado para nosotros. De esa manera, yo relacioné a cualquier tipo de hernia con un descuido… jamás pensé que yo podría tener una.
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Mi anécdota
Regresemos en el tiempo, cuando tenía diecisiete años de edad y cursaba mi penúltimo semestre de preparatoria. Yo era una adolescente como cualquier otro y en un día de aquellos, me nació la idea de comenzar a ir al gimnasio. Mi padre, un hombre que realiza ejercicio desde que tengo memoria, al instante me fue a inscribir a un gimnasio que había cerca de mi casa, y esa misma tarde fui al dichoso edificio.
Comencé realizando los ejercicios dados por un entrenador que estaba allí, levantando poco peso, pero no lo más poco que se podía. Cabe recalcar que se enfocó en darme ejercicios de pecho y brazo, siendo eso los lugares en los que menos trabajo. Terminando mis ejercicios sentí el dolor habitual del ejercicio, y llegando la noche dormí cual bebé. De pronto, un dolor insoportable me levanta en la madrugada. Sentía una especie de ardor y compresión en el pecho. Asustada levanto a mis padres, y me dan un medicamento (ya no recuerdo cuál era) y el dolor desvanece un poco, lo suficiente para dormir hasta el siguiente día.
Esto no terminó ahí, los dolores continuaron, el ardor también, progresando hasta que ya me costaba tragar. Después de varios diagnósticos erróneos, me realizaron una endoscopía y se llegó a la razón de todo: tengo una hernia hiatal.
Con los síntomas que padecía, ¿Te vas dando una idea de lo que es una hernia de hiato?
Te lo hago más fácil, y en este artículo te explicaré todo lo que necesitas saber sobre este padecimiento.
Primero lo primero. ¿Qué es una hernia de hiato?
Para poder explicar lo que es una hernia de hiato, debo de comenzar mencionando lo que es una hernia en sí. Una hernia es, en palabras sencillas, cuando un órgano o tejido sale de la cavidad donde debe de estar. Usualmente, las hernias se producen en el abdomen, en alguna debilidad de la pared abdominal.
En el caso de una hernia de hiato (o hernia hiatal) una parte del estómago sube hacia el diafragma por medio del hiato, que es el orifico por el cual el esófago se conecta al estómago. Esto provoca que el estómago, en vez de estar en su espacio habitual, se encuentre en la parte de nuestro tórax, una parte donde no debe de estar.
¿Qué sucede cuando tengo una hernia de hiato?
Entendamos un poco de anatomía y fisiología para poder entender lo que nos sucede si tenemos una hernia hiatal:
Recordemos que el tracto gastrointestinal es como una manguera, y como en toda manguera, existen dos orificios. En el caso de los humanos, el primer orificio es la boca (por donde entra la comida) y el último orifico es el ano (por donde sale). Ahora bien, imaginemos que esta manguera esta divida por secciones (que serían los órganos) y que cada sección tiene una llave que detiene el flujo del contenido hacia otra sección. Una vez que la comida entra por la boca, la primera llave se abre y este contenido pasa al esófago. Entre el esófago y el estómago hay una segunda llave, que permite que el bolo pase a ser almacenado y modificado por el estómago y sus jugos gástricos.
Ahora bien, cuando existe una hernia hiatal, la segunda llave no funciona o no cierra bien, lo que provoca que parte del contenido del estómago regrese al esófago. Recordemos que en el estómago hay jugo gástrico, y que éste contiene, además de enzimas, ácido clorhídrico. Las paredes del esófago no están preparadas para soportar la acidez del jugo gástrico, facilitando la aparición de reflujo gastroesofágico (RGE) y de los siguientes síntomas:
- Dolor o molestia abdominal
- Acidez
- Dificultad para tragar
- Dificultad para respirar
- Mal aliento
- Vómito
- Regurgitación y tos
¿Por qué ocurren las hernias de hiato?
La respuesta sencilla es que no se conoce exactamente porque se forman las hernias hiatales. Sin embargo, se ha visto que suelen estar relacionadas a traumatismos o lesiones en el área torácica, y también a presión persistente en los músculos cercanos, por ejemplo, si se produce vomito continuamente, si se tose muy seguido o si se realiza un esfuerzo muy grande (como levantar pesas, en mi caso). Igualmente, es posible que haya personas que nazcan con esta malformación.
Las personas que tienen un mayor riesgo de formar una hernia son las aquellas mayores de 50 años, debido a los cambios en la musculatura debido a la edad, y las personas con obesidad, debido a la presión que la grasa produce en el cuerpo.
¿Cómo puedo saber si tengo una hernia de hiato?
El médico puede sospechar que padeces una hernia hiatal si sufres constantemente de acidez, tos o dolor en el pecho constantemente. Es posible que se te hayan medicado antiácidos que detienen los síntomas durante un tiempo, pero que vuelven constantemente. Finalmente, se te hará alguna de estas pruebas: endoscopía superior, se introduce un tubo con una cámara para ver en el interior del esófago; radiografía del aparato digestivo superior: se te da a beber bario para después tomar una serie de radiografías que mostrarán el contorno de tu aparato digestivo.
¿Existen complicaciones de la hernia de hiato?
Lamentablemente… sí. La primera complicación es la aparición del reflujo gastroesofágico, como se mencionó anteriormente, y la aparición de todos los síntomas de este padecimiento. Si el reflujo no es controlado, pueden ocurrir diversas complicaciones, siendo las principales las siguientes:
- Esofagitis: Es la inflamación del esófago. El flujo continuo de jugo gástrico en el esófago provoca su irritación e hinchazón.
- Esófago de Barret: Es cuando el tejido normal del esófago se transforma en tejido metaplásico debido al contacto prolongado con jugo gástrico. El tipo de tejido normal, epitelio escamoso estratificado, cambia a tejido cilíndrico, el cual tiene más protección hacia las secreciones gástricas. Sin embargo, este tipo nuevo de tejido tiene un mayor riesgo a desarrollar adenocarcinoma, es decir, cáncer.
- Cáncer de esófago: Es la división rápida y descontrolada de las células del esófago, y se caracteriza por pequeños tumores.
¿Cómo se trata la hernia de hiato?
La hernia de hiato no necesariamente necesita tratamiento. El tratamiento se recomienda únicamente cuando tienes signos y síntomas que afecten tu calidad de vida. Este tratamiento puede dividirse en dos tipos: el tratamiento médico y el tratamiento dietético y de estilo de vida.
Tratamiento médico
- Fármacos: Van dirigidos a detener la acidez y proteger el esófago. Los más comunes son los antiácidos, bloqueadores de receptores de H2 e inhibidores de la bomba de protones.
- Cirugía: Se recomienda cirugía en aquellas personas a las cuales el tratamiento farmacológico no les ha funcionado, o aquellas que ya tienen complicaciones por el reflujo. La cirugía desliza el estómago a su posición original y reduce el tamaño del orificio en el diafragma.
Tratamiento dietético
Los cambios que se hacen en la dieta son posiblemente los que más no ayuden a disminuir la sintomatología causada por el reflujo. Es importante acudir con un nutriólogo, que nos aconseje y oriente acerca de los alimentos que puedan estar ocasionándonos daño, y que al mismo tiempo nos ayude a consumir todos los nutrientes necesarios para estar en un estado de salud óptimo.
Algunas recomendaciones nutricionales son las siguientes:
- Mantente en tu peso ideal. Como se mencionó anteriormente, las personas con obesidad tienen mayor riesgo de padecer hernia del hiato, debido a la presión abdominal que causa el exceso de grasa. El estar en un peso adecuado nos ayudará a disminuir la sintomatología de la hernia hiatal y, además, a prevenir un sinfín de otras enfermedades.
- Consume tus alimentos dos o tres horas antes de irte a dormir. El estar en una posición horizontal durante la digestión puede provocar reflujo, por lo que es aconsejable evitar alimentos, incluso agua, antes de dormir.
- Evita el alcohol, café, té o bebidas carbonatadas. Estas bebidas estimulan la secreción gástrica, por lo que aumentan el riesgo de reflujo. Por supuesto, esto es a tolerancia de cada persona, pero ¿para qué arriesgarse?
- Evita los alimentos picantes y muy ácidos. Si eres mexicano, como yo, esto sin duda será muy difícil de lograr, sin embargo, es necesario cuando eres muy frecuente a padecer acidez. Evita a toda costa cualquier tipo de salsa picante, cítricos, vinagre o condimentos muy fuertes.
- Evita alimentos muy grasosos. Los alimentos con alta cantidad de grasa son más difíciles de digerir que los que no lo son. Evita consumir alimentos fritos, rebozados, carnes muy grasosas como tocino o chicharrón, lácteos enteros, embutidos y panadería.
- Evita los alimentos flatulentos. Estos no suelen ocasionar incomodidad en todas las personas con hernia de hiato, pero trata de comerlos a tolerancia. Alimentos que suelen provocar gases incluye la cebolla, ajo, coles, brócoli, coliflor, lácteos, pimientos y, a veces, panes.
- Prefiere alimentos cocidos al horno, a la plancha, hervidos, al vapor o freídos con muy poco aceite.
- No comas a llenar, come hasta sentirte satisfecho. Consumir más alimentos de lo que debemos puede llegar a provocar irritación y reflujo. Consume lentamente tus alimentos, divididos en 5 veces al día y masticando despacio, para sentirte satisfecho más rápido.
Cambia tu estilo de vida
Por último, doy algunos consejos prácticos que te ayudaran a mejorar tu sintomatología:
- No duermas en posición totalmente acostado. Puedes ayudarte con dos almohadas para estar semi-recostado o comprarte de las almohadas hechas especialmente para esto.
- No hagas ejercicio muy intenso. Los ejercicios como abdominales o levantamiento de pesas suelen estar desaconsejados cuando sufrimos de sintomatología por reflujo. Inicia realizando yoga o caminata, y poco a poco trata de aumentar la intensidad hasta donde te sientas más cómodo.
- Evita levantar cosas muy pesadas, y si lo haces, dobla las rodillas y no la cintura.
- No fumes ni masques chicle, debido a que estimulan la secreción gástrica, aunque no estemos comiendo.
- Olvida las fajas o ropa muy apretada en el área del abdomen.
- ¡Adiós estrés! El estrés puede llegar a activar la producción de ácido gástrico, por lo que trata de despejar tu mente con actividades relajantes.
En conclusión…
Ser diagnosticado con una hernia hiatal puede llegar a cambiar drásticamente tu estilo de vida, por lo que puedes llegar a sentirte abrumado de un día para otro. ¡Tranquilo! Es normal pensar que no vas a poder con todo, pero solo puedo decirte que al final te acostumbraras y que te darás cuenta de que estos cambios tan drásticos sin duda alguna te ayudarán a llevar un estilo de vida más saludable.
Recuerda siempre acudir con un profesional de la salud, pues ellos te guiarán en todo momento y buscarán lo mejor para ti.
Conoce más sobre mí aquí, y no olvides visitar el artículo anterior. ¡Espero tus comentarios!
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