Las primeras veces que te pasa no sospechas ni de la comezón ni del enrojecimiento en la boca, dentro o fuera. Vas por tu día con normalidad. Inocente criatura que más tarde que temprano descubre, con terror, que la anomalía diminuta, esa insignificancia matutina, pasó de ser nada a convertirse en una ¡horrible!, dolorosa y creciente yaga.
Ay, lamento decirte que has pasado a formar parte de las muchas víctimas de las terroríficas aftas bucales.
Malas noticias, lo sé. Pero con el afán de ayudarte, a continuación, compartiré contigo el conocimiento proveniente de la experiencia, la investigación y consulta frecuente con médicos a lo largo de mi amplio calvario con las aftas bucales, siendo de las víctimas favoritas de estas nada gratas, antiestéticas y molestas compañías.
Cabe recalcar que el artículo es meramente informativo. No sustituye la necesaria —por extremo que suena para unos «granitos»— visita al médico o al dentista. Ellos son los profesionales capacitados para atender a fondo cualquier duda que te surja, y claro, para ofrecerte un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Contenidos
Las Aftas Bucales
También conocidas como fuegos labiales, son ulceras, llagas o protuberancias en la mucosa bucal (interna o externa). Se caracterizan por ser blanquecinas o grisáceas, con circunferencia rojiza y amarillenta, usualmente dolorosas. Esto último puede interferir con el habla y la capacidad de comer, no al punto de impedirlas, sólo de restringirlas, molestar y entorpecerlas.
El origen de las aftas bucales no ha sido determinado, aunque se le relaciona con múltiples causas:
- Lesiones (ej. mordidas, quemaduras)
- Debido a tratamientos bucales
- Estrés emocional
- Fumar
- Trastornos hormonales
- Déficit nutricional
- Enfermedades gastrointestinales
- Bacterias
- Virus
- Alteraciones del sistema inmunológico
- Alergias alimentarias
- Infecciones
- Herencia genética
Las ulceras se clasifican de acuerdo a su aparición única en úlceras agudas, que se extienden por un espacio máximo de 6 semanas; o crónicas, al rebasar los seis meses de duración. Además del tiempo, se les divide por el tamaño en menores (extensión menor a 1 centímetro) o mayores (extensión superior a 1 centímetro); y en cantidad, como solitarias o múltiples.
Las aftas bucales esencialmente se manifiestan dentro de la boca, afectando la parte interna de la mejilla, pero igual se presentan en las encías, lengua o en la parte externa (los labios).
Afectan a niños y a adultos.
No son contagiosas y desaparecen por su propia cuenta, por lo cual no hay un tratamiento específico más allá de los antiinflamatorios o los antibióticos de apoyo, según sea el criterio del médico.
Su periodo de recuperación es de entre 7 a 14 días, aproximadamente, con posibilidad de rebrotes. A los rebrotes debemos estar atentos, por si son constantes o si las lesiones son muy grandes o profundas.
Importante
En el caso de las aftas bucales es recomendable que, de ser recurrentes, a fin de descartar un problema maligno o del sistema inmunológico, sean revisadas por un médico.
Las ulceras también pueden ser síntomas de una enfermedad más compleja, por consiguiente, nunca hay que menospreciar su aparición.
El médico será el encargado de distinguir entre las aftas bucales comunes, y aquellas que se deben a herpes labial, leucoplasia, candidiasis o algún otro padecimiento con los que suelen confundirse este tipo de lesiones.
Prevenir las Aftas Bucales
Llegados aquí estoy segura de que te estarás preguntando, y con justa razón, sobre todo si conoces lo molestas que resultan las aftas bucales; si existe alguna forma de evitar su dolorosa presencia. Me alegra decirte que sí, hay un par de acciones preventivas. No obstante, ninguna es definitiva y así es la vida. Mejor centremos nuestra atención en las acciones:
Higiene bucodental
- Cepillarse los dientes tres veces al día, no muy fuerte, evitando daños en las encías, la lengua, la parte interna de las mejillas o los labios.
- Complementar con el uso de hilo dental.
- Limpiar apropiadamente las prótesis dentales.
- Si algún tratamiento de ortodoncia genera heridas, o no está bien posicionado, informar al ortodoncista para su corrección.
Alimentación
- Dieta equilibrada.
- Consumo de frutas y verduras.
- Reducir la ingesta de irritantes.
- Cuidar la temperatura de los alimentos, procurando que no sean en exceso calientes.
- Disminuir el tabaco.
Salud mental
- Procurar actividades que relajen con el objetivo de reducir el estrés.
- Evitar las situaciones detonantes de ansiedad.
- Acudir al psicólogo para apoyo especializado.
- Dormir 8 horas al día.
En resumen: higiene, serenidad y alimentación.
En caso de Aftas Bucales
Si ya tienes aftas bucales, ármate de paciencia y calma. No entres en pánico ni desesperes, y sigue estas recomendaciones:
- No rasques las yagas.
- Si tienes que manipular el área de la lesión, procura tener las manos limpias y no tocar áreas sanas.
- Cepíllate tres veces al día. Ten especial cuidado en la zona de las ulceras. Si es posible utiliza un cepillo de cerdas suave.
- Evita enjuagues bucales, o emplea sólo los recomendados por el médico si acudes a consulta.
- Procura evitar los alimentos calientes, muy condimentados, picantes, ácidos o irritantes, pues retrasarán la cicatrización.
Más
Otras sugerencias a sumarse a la lista anterior, son una serie de remedios y apoyos caseros que describiré. Sin embargo, no olvides que la mejor solución te la dará tu médico o dentista.
- Manzanilla: por sus propiedades desinflamatorias, colocar compresas con té (o el sobrecito húmedo) sobre la úlcera, reducirá el dolor y la inflamación.
- Miel: sus propiedades antisépticas y cicatrizantes son un aliado perfecto, colocando una gotita en el afta.
- Bicarbonato de sodio o sal: disuelve una cucharadita de sal o bicarbonato en medio vaso de agua, y usa a modo de enjuague por un minuto. Ambos productos tienen propiedades cicatrizantes y antisépticas.
- Aloe vera: unas gotitas combatirán el dolor, acelerando el proceso de curación de las lesiones.
- Ajo o limón: son alternativas dolorosas, que tendrás que ver si soportas o no, y se ocupan para disminuir la inflamación y como antisépticos.
- Hielo: deja un pequeño trozo en la lesión, aguardando a que se derrita. Esto reduce la hinchazón. Si es necesario hazlo con una gasa estéril para soportar el frío.
- Leche de magnesia (o hidróxido de magnesio): aplicar unas gotas en el área afectada, recurriendo un hisopo, varias veces al día, protegerá de infecciones mayores y promoverá una recuperación más rápida.
Espero de todo corazón esta entrada te haya servido.
Mucho ojo con las aftas, y cualquier duda o complicación, acude a los profesionales capacitados.
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